¿Cuántas veces nos sentimos “raros” y no entendemos por qué? Estamos cansados al extremo, tenemos dolor de cabeza, desgano, malestar general, una inexplicable ansiedad… La explicación está en la energía que nos rodea y caracteriza los espacios en los que nos movemos.
Sucede que cuando bajamos nuestra vibración por algún motivo, nos volvemos más permeables a que nos afecten las energías oscuras o densas. Y esto se revela como un bajón general, como una sensación similar a “sentirnos nublados”.
Entonces, el malestar que sentimos es el resultado de una fuerte energía negativa que nos es enviada por parte de una persona que pretende dañarnos.
Este tipo de energía suele ser producida por la envidia, los celos y el odio, y puede provocar un enorme malestar, tanto físico como emocional, en quien lo recibe.
El efecto de las energías negativas
Lo primero que hay que saber es que, más allá de la negatividad que nos rodea, muchas veces somos nosotros mismos los que, a través de pensamientos pesimistas, llamamos a las malas vibras.
Muchas veces, esto se traduce en malestares físicos, retrasos en nuestros proyectos, bloqueo de las iniciativas y una infinita sensación de que “todo está mal”.
Estas malas ondas, incluso, también pueden exponernos a rachas de “mala suerte”, esos períodos en los que parece que todo nos sale mal y no encontramos la salida a nuestros problemas.
Cuándo hacer una “limpieza energética”
Lo ideal es hacer este “Movimiento Energético” cuando nos invaden sentimientos de tristeza, angustia, rabia, rencor, ira y frustración.
Además, cuando se apoderan de nosotros miedos irracionales, sentimos falta de voluntad e iniciativa en nuestra tu vida diaria o un agotamiento extremo.
También cuando notamos que la abundancia está bloqueada; que nuestros pensamientos negativos nos impiden ver lo que la vida nos ofrece; cuando vivimos conflictos continuos con el entorno; cuando nos enquistamos en el pasado; o cuando tenemos sensación de que hay presencias en el hogar.
Rituales para limpiar y eliminar energías negativas de tu casa
Ritual con sahumos en el hogar
Esta limpieza o ritual es ideal para descargar y aliviar los entornos en los que nos movemos, especialmente nuestro hogar. Sucede que el humo es sinónimo de purificación, de limpieza y de renovación espiritual.
¿Cómo se hace? Si es posible, lo mejor es hacerlo en una sahumadora o un cuenco de barro.
A la hora de elegir qué quemar, podemos optar por sándalo (liberación de ataduras), lavanda (relajación), canela (dulcificación de procesos), mirra (renueva la energía y brinda paz), incienso (limpia y abre caminos) y palo santo (equilibra).
Se cierran las ventanas de la casa y la puerta del baño, y se abren los placares. Se prende un carbón vegetal al aire libre o cerca de una ventana, ya que el primer humo que libera es tóxico. Luego, se agregan las hierbas que deseamos.
Recorremos cada ambiente (menos el baño) desde el punto más alejado hasta la puerta de entrada, girando el recipiente en contra de las agujas del reloj. Es muy importante detenernos en los rincones.
Cuando terminamos, se cierran los placares y se abren las ventanas. Es conveniente cambiarnos y lavar la ropa con la que hicimos el sahumo.
Plantas “Buena Onda”
Las plantas y las flores son sinónimo de tranquilidad, paz y bienestar. Sin embargo, existen algunas en especial que, por sus poderes particulares, son consideradas desde la antiguedad como talismanes de la buena suerte, la fortuna y la abundancia. Además de poder absorber las malas vibras.
Entre las que es muy aconsejable tener en casa o la oficina se encuentran el romero, el jazmín, la lavanda, la albahaca y el bambú.
Ritual con vela blanca
Las velas iluminan, abren caminos y despejan nuestra visión. Y las velas blancas son especialmente poderosas.
El color blanco representa libertad, paz, pureza e inicios. Es un tono que estimula la claridad mental; que nos invita a llegar a las cosas sin cargas, angustias y sentimientos negativos.
Las velas blancas también están ligadas al bienestar y la calma personal, esa que nos permite vibrar alto.
¿Cómo hacerlo? Se prepara un altar con una vela blanca y una copa de agua. Al prender la vela, nos visualizamos felices, rodeados en nuestro hogar de un aura protectora de color plateado y buscamos sentir liviandad en nuestro cuerpo.
Después de unos minutos, decimos “gracias, gracias, gracias”. Cuando la vela se apaga, tiramos el agua en una maceta o lugar con tierra.